Los terrores nocturnos son un trastorno del sueño que se caracteriza por episodios de intensa ansiedad y miedo durante el sueño profundo. A diferencia de las pesadillas, que suelen ocurrir durante el sueño REM, los terrores nocturnos ocurren durante las fases más profundas del sueño NREM.
Estos episodios pueden durar desde unos pocos segundos hasta varios minutos y suelen producirse en la primera mitad de la noche. Durante un episodio de terror nocturno, la persona afectada puede gritar, hablar o moverse frenéticamente en la cama, aunque no es consciente de lo que está sucediendo.
No se sabe con certeza qué causa los terrores nocturnos en adultos, pero se cree que pueden estar relacionados con el estrés y la ansiedad. También se ha sugerido que los terrores nocturnos pueden estar vinculados a trastornos del sueño como la apnea del sueño o el insomnio.
Además, se ha demostrado que los terrores nocturnos pueden ser hereditarios y que hay ciertas condiciones médicas que pueden aumentar el riesgo de sufrirlos, como la fiebre, la epilepsia y los trastornos psiquiátricos.
Los principales síntomas de los terrores nocturnos son la aparición súbita de miedo y pánico, gritos y movimientos violentos, sudoración y taquicardia. La persona afectada puede parecer confusa y desorientada después del episodio, y puede tener dificultades para volver a dormirse.
A diferencia de las pesadillas, los terrores nocturnos no suelen recordarse después de despertar, lo que puede dificultar el diagnóstico y el tratamiento del trastorno. Sin embargo, los terrores nocturnos pueden tener un impacto significativo en la calidad y la cantidad de sueño, lo que puede afectar la salud física y mental a largo plazo.
El diagnóstico de los terrores nocturnos se basa en la descripción detallada de los síntomas y en la exclusión de otras posibles causas de los episodios. Pueden ser necesarios estudios del sueño para confirmar el diagnóstico y determinar la causa subyacente del trastorno.
El tratamiento de los terrores nocturnos en adultos puede incluir terapia cognitivo-conductual, técnicas de relajación y cambios en el estilo de vida para reducir el estrés y la ansiedad. En algunos casos, pueden ser necesarios medicamentos para tratar trastornos del sueño o psiquiátricos subyacentes.
Además, se recomienda mantener un buen régimen de sueño y evitar factores que puedan desencadenar los episodios, como el consumo de alcohol y drogas, la falta de sueño y el estrés emocional.
Los terrores nocturnos son un trastorno del sueño que puede afectar a adultos de todas las edades. Aunque no se conocen con certeza las causas de los terrores nocturnos, se cree que están relacionados con el estrés y la ansiedad, así como con otros trastornos del sueño.
El diagnóstico y el tratamiento de los terrores nocturnos pueden ser complicados debido a la falta de recuerdo después de los episodios. Sin embargo, existen terapias y cambios en el estilo de vida que pueden ayudar a aliviar los síntomas y mejorar la calidad del sueño y la salud en general.